lunes, noviembre 27, 2006

THE END. Robert Altman


Aunque lo habitual es hablar maravillas de los que acaban de morir, yo voy a dar un poco la nota disonante. No es que vaya a hablar mal de Robert Altman como persona (faltaría más), ya que no conozco nada o casi nada de su parte humana. Sin embargo, tengo que decir que algunas de las peores películas que he sufrido han sido obras suyas. Quizás la palma se la lleve "Prêt-à-porter" la cual, según mi humilde opinión, sería una perfecta candidata a la peor película de la historia del cine. Es esta una de las pocas películas que me han obligado a salir de la sala (y eso que tengo bastante aguante) para no seguir "disfrutando" de una considerable tortura. Del "Doctor T. y las mujeres" ¿qué se puede decir? ¿que es totalmente absurda y sin pies ni cabeza? De la aclamada "Gosford Park" sólo puedo decir que me aburrió solemnemente (estuve a punto de marchar, pero aguanté como un campeón). Así ¿qué me queda? Pues buscando y rebuscando quizás sólo salve de mi quema personal "Vidas cruzadas".

Y, ¿por qué será que el señor Altman no me convence en absoluto? Quizás sea por su afición por las denominadas "peliculas corales". Y es que tengo que reconocer que no me gustan para nada este tipo de películas (salvo raras excepciones). De tal modo que cuando escucho que la crítica dice que se trata de una película coral, pongo pies en polvorosa.
Pero bueno, sus éxitos ha tenido y sus seguidores ha tenido, por lo que simplemente me quedaré con la idea de que mis gustos no están en la misma onda que los del señor Altman.
En todo caso, y con todo respeto, descanse en paz.

viernes, noviembre 24, 2006

El sueño de Valentín. Una película muy agradable.


Aunque algunos digan que hacer zapping es perder el tiempo, tengo que reconocer que yo lo paso bien, yendo para arriba y abajo en los canales. Y precisamente el otro día, dándole yo al asunto, resulta que en uno de esos canales raros está empezando una película en la que un niño argentino está contando sus avatares. Dejé el sagrado mando a distancia en la mesa y comencé a ver la película. El pobre niño desgraciado nos va contando por un lado sus problemones y por otro lado su ilusión de convertirse en astronauta de la NASA. Vive con su abuela (Carmen Maura) ya que sus padres están separados. Según la cantinela de su abuela, la madre (nuera de la abuela) es una desgraciada que abandonó a su hijo. Y su padre es un inútil que no es capaz de cuidar a su hijo y que cada semana tiene una nueva novia. Y el pobre niño (Valentín) está obsesionado en que su padre siente la cabeza y por fin se case, para poder formar de nuevo una familia normal. Así que el pobre niño se pasa todo el rato haciendo de Celestino, aunque no tiene nunca mucho éxito. Al final, dándose ya por vencido con su padre, consigue que se líen un amigo suyo (que le da clases de piano), muy tímido él, con una chica muy agradable y mona, de modo que al menos se conforma con tener unos buenos tios (algo es algo, porque además, por el medio, va la abuela y se muere).

En resumen una película muy sencilla, pero enormemente tierna. Tengo que reconocer que me pasé un rato delicioso siguiendo las andanzas del pobre Valentín. Por cierto, el niño (de unos 8 años) hace un papel impresionante y su acento argentino es encantador, el muy "boludo" forma unos "quilombos" impresionantes.
Luego me enteré que es una coproducción argentino-holandesa (??) y que está dirigida por un tal Alejandro Agresti, el cual desconocía totalmente hasta el momento.
En fin, esta vez el zapping me hizo encontrar esta pequeña joyita y disfrutar de una tarde muy agradable.

martes, noviembre 07, 2006

Pequeña Miss Sunshine: la belleza de lo sencillo


Una pintoresca familia americana, en la que únicamente la madre podría quizás entrar en los cánones de la absoluta "normalidad": una niña regordeta y gafotas que quiere ser miss infantil, un marido obsesionado por el rollo americano ese de los triunfadores y perdedores (cuando él es en realidad un absoluto fracasado), un abuelo drogota y rebotado al que han expulsado de la residencia, un hijo adolescente que odia a todo el mundo y que ha hecho promesa de no hablar con nadie y un hermano intelectualoide y gay que se ha intentado suicidar por problemas sentimentales y profesionales. Todos estos especímenes los metemos en una furgoneta amarilla y vieja y como resultado nos da una especie de road movie que consigue hacerte pasar un rato muy agradable en el cine. También podría ser ejemplo de cómo con cuatro duros se puede hacer una película muy agradable que, además, puede llegar a gustar a muchos tipos de personas. Es por ello, que esta peli, que podríamos considerar dentro del denominado cine independiente, está consiguiendo en España una amplia exhibición y una buena recaudación.

Y realmente a mi me ha gustado mucho. Posee la belleza de la sencillez y ese toque agridulce, tragicómico, que a ratos nos hace reir y en otros momentos nos hace reflexionar sobre las miserias de nuestra sociedad.
Al final resulta que la familia no es tan rara, sino que el verdadero esperpento son las niñas candidatas a misses, pequeñas barbies sintéticas que producen repelús. Porque en nuestro mundo actual, a veces acaba siendo "normal" lo que auténticamente es grotesco, como esas niñas disfrazadas, repelentes y competidoras intentando ser las más "superfashion". Y la auténtica belleza es la de la niña normalita y rechonchilla, que al menos no es más que eso: una niña de unos 7 años.
En fin, una película muy agradable, que al mismo tiempo supone una corrosiva crítica a esta absurda sociedad actual.